Dicen que los ojos ven y las cámaras observan. Pero, al final, siempre es la mirada la que aprecia. Leer una fotografía tiene mucho, o todo, de intuición. Por eso es tan fascinante cuando una instantánea logra emocionar a tantos individuos a la vez como ha ocurrido con la del periodista Joan Socies.
Es en ese momento, cuando la fotografía deja de narrar un episodio concreto y será capaz de cobrar significado en cualquier otro momento. Y aunque la escena que me dispongo a analizar ocurrió a finales de enero de 2012 en Felanitx (Mallorca); bien podría haberse dado el pasado sábado 9 de septiembre en Valls (Tarragona) cuando se le ordenó a la Guardia Civil que registrara dos sedes del semanario El Vallenc en busca de papeletas… SEGUIR LEYENDO