El primer ministro británico sigue disfrutando su cuarto parón vacacional, esta vez en Cornwall. Allí, al darse un chapuzón, pudimos comprobar que David Cameron no se libra de la maldición de los ingleses y que, al sol, se pone como una gamba. Acostumbrados ya como estamos al tono rosado de la piel de un guiri, lo más espeluznante de la imagen del líder de los tories es que se sirvió de Mickey Mouse para sustituir su bañador mojado por unos shorts (arghhhhh….). Después de eso, el sempiterno polo azul marino estival de Cameron ya no parece tan malo…
