Acabo de ofender a alguien del PPC (no recuerdo el nombre) al decir en un programa de radio que Mariano Rajoy no se cree presidente del gobierno y no cumple con ninguna de las cualidades que se le exigen a un político: seguridad, seriedad y cercanía. A mí el asunto, lejos de gustos ideológicos, me resulta evidente: el jefe del gobierno español no viste acorde con su cargo (es más, él mismo reconoce que su apariencia le resulta indiferente) y que no posee ningún estilo (personalidad). De todos modos, acabada mi intervención radiofónica, conecto para seguir la cumbre informal en Bruselas y descubro esta estampa.

Bueno, ya llevamos cinco días seguidos con la chaqueta tres botones de Merkel en colores pastel (¡parece que el enfermo terminal, el capitalismo, está estable!). Hoy ha tocado el azul cielo. Mariano Rajoy intenta meter sus insulsas gafas (no se perciben) en el meollo, pero la canciller alemana, Hollande y Monti parece que lo ignoren (será por el idioma, claro).
Patrycia:
No me gusta lo que dices de Rajoy, más teniendo tú, como has dicho raices gallegas.
Creo está haciendo todo bastante bien y vuelvo al principio , la seña de un buen gallego es el pasar desapercibido, osea q,ue no sepamos si sube o baja, pero seguro que no se queda en el rellano.