José María Aznar
Su estilismo siempre ha ido en concordancia con su objetivo y el personaje que creó fue (gustara o no) creíble (cuando dejó de gobernar, se permitió ser él mismo). Además, su inaccesibilidad agrada a los conservadores. Por otra parte, su trabajado torso impresionó. Las pulseras de hilo que escondía bajo la manga de su camisa ya prometían.
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