“Se nos rompió el amor de tanto usarlo”, decía la canción. Y eso es lo que le ha ocurrido a la Princesa Letizia. Tranquilidad; Felipe está sano y salvo y su estabilidad emocional no peligra. El amor de Letizia son sus vertiginosos tacones: uno de ellos se rompió durante un acto oficial.
Era la primera vez que Letizia presidía sola la jura de bandera de los nuevos guardias reales. Con un estilismo muy primaveral, traje chaqueta blanco compuesto por falda hasta la altura de la rodilla, camisa malva a juego con los zapatos, el acto transcurrió sin sobresaltos. Hasta que al bajar de la tarima protocolaria uno de sus tacones se rompió y Doña Letizia perdió el equilibrio y las personas de alrededor tuvieron que sostenerla para que no cayera.
Durante unos minutos, Letizia caminó de puntillas con la intención de disimular el tropiezo pero rápidamente pudo cambiarse de calzado. No es que Letizia lleve parte de su armario en el coche oficial (aunque yo si pudiera, así lo haría), es que la ceremonia tuvo lugar en el cuartel de El Pardo y la residencia de la Zarzuela (su home) está a salto de mata (bueno, siempre que no vayas con el tacón colgando).
[…] Aunque no deja de antojarse como una copia de Rania de Jordania, de momento ya ha conseguido que sus vertiginosos tacones, los peep toes (bautizados como Letizias) y las bailarinas se le asignen como […]