Por Sakineh Ashtiani

Aseguran los expertos en inteligencia emocional que se deben evitar los conceptos negativos y apostar por las afirmaciones. Así que, deseamos que la iraní Sakineh Ashtiani sea liberada inmediatamente y que las performances del artista argentino en el centro de Barcelona contribuyan a ello.

Una joven afgana que lleva ocho años viviendo en la capital catalana ha caminado desnuda esta tarde por delante del MACBA. Con tan sólo una rejilla en su cara que no permite ver sus ojos, reivindica la libertad de expresión el mismo día en el que parecía que la iraní Sakineh Ashtiani iba a ser ejecutada.

La estampa lleva la firma de un polémico artista argentino, Luizo Vega. «Me sentí muy conmovido con la historia de Ashtiani: “me parece increíble que apedreen a una mujer indefensa», explica Vega. Por ello, después de varios años investigando sobre el tema, ha decidido presentar su trabajo. «Es, al mismo tiempo, una protesta (estética y no violenta) y una propuesta (enseño que debajo de una mujer fantasma hay lo mismo que en todas las mujeres, lo más natural y simple)».

La de esta tarde se trata de su última performance Baby Burka, la segunda entrega de una trilogía que comenzó en el 2002 en Chile con Baby Vamp, considerada un icono de la cultura Sudamericana, en donde una modelo virgen de diecisiete años recorrió desnuda las calles de Santiago.

La próxima entrega de la trilogía se llamará Baby War y tendrá lugar en 2011 en Estados Unidos. «Será una mujer desnuda con una máscara terrorista disparando al cielo», explica Vega. Con la pieza final de la saga, el artista pretende trabajar el tema del terrorismo y decirle a la sociedad norteamericana «quiénes son los verdaderos terroristas».

En fin, si así se soluciona algo, amén.

150 150 Patrycia Centeno