Ninguna de las dos conquistó

Michelle Obama sigue incómoda en su rol de icono de la moda. Sin embargo, Carla Bruni adopta el cargo de primera dama y el de modelo de Francia sin esfuerzo alguno. De todos modos, en esta ocasión, ninguna de las dos conquistó ni logró comunicar un mensaje claro. 

Cuando uno está en Londres puede jugar a adivinar quién es española o italiana según la ropa que ésta vista. La cultura mediterránea viste bien –obviamente, siempre existen excepciones-; Italia gracias al estilo de Milán y España gracias al de Zara. En Francia, el chic suele concentrarse en la capital y en EE.UU., únicamente en Sexo en Nueva York y los Oscar. Y en Inglaterra… El buen gusto jamás viajó allí –Ladi Di se convirtió en icono de moda cuando se afrancesó y se italianizó. Por ello, la visita del sin estilo americano de Michelle Obama a la hortera Londres prometía.

Así, la primera dama americana despegó rumbo a Europa con un conjunto blanco y negro de Takoon que deseaba imitar sin éxito al estilo Chanel. Un broche de considerables dimensiones en tonos malva remataba el look con el que Michelle pretendía cautivar al viejo continente. Pero, por suerte, al aterrizar en Londres, se decantó por lucir uno de sus estilismos más acertados desde que se dio a conocer públicamente. Un vestido amarillo de Jason Wu bajo un abrigo negro de Michael Kors que ceñía con un cinturón de tachuelas de Azzezine Alaïa –tal y como Patricia Field presentó a Carrie Bradshaw en la película de la serie- estilizaban la figura de la primera dama e incluso con él podía haber hecho temblar a la mismísima Carla Bruni.

Pero el fugaz acierto de Michelle sólo fue un sueño. Por la mañana, al recibirlos el matrimonio Brown, la americana había regresado a las combinaciones inexplicables de su país. Una bella rebeca adornada con aplicaciones varias gritaba de desesperación junto a la falda tubo de cuadro pequeño en azul cielo y blanco, todo de J.Crew. En esta ocasión, hasta la vieja Inglaterra ganó la partida del estilo. Sarah Brown, primera dama británica, lucía correcta un sencillo vestido azul marino.

Para su visita a la reina de Inglaterra, Michelle apostó por un vestido compuesto por falda negra con lazo en la cintura y cuerpo en blanco de Isabel Toledo. Pese a que el atuendo era el apropiado, otra vez el error de las combinaciones. Una rebeca corta negra de punto, de Azzezine Alaïa, cubría los brazos de la primera dama. Aunque evidentemente, junto a Camilla, cualquiera brilla. Para la cena, se deshizo de la chaqueta, y el vestido, por fin, cumplió con su función. A la mañana siguiente, la princesa se convirtió de nuevo en cenicienta. Sin duda, su peor aparición en Europa fue la falda acampanada azul y el cárdigan de otro azul distinto con dibujo en blanco y marrones con la que se puso punto y final a su estancia en la capital británica. Por si fuera poco, los zapatos en verde botella.
 
Michelle, Carla. Carla, Michelle

El momento más esperado llegó el viernes cuando se celebró el encuentro entre Michelle Obama y Carla Bruni en Estrasburgo. La mujer de Sarkozy, toda de Dior, escogió un desapercibido abrigo-vestido gris mientras que la Sra. Obama se decantó por un abrigo negro –de un tejido que podría pasar por impermeable- estampado en fucsia y un vestido granate. Aunque para ninguna de las dos era su mejor día –estilísticamente hablando-, competir con una modelo nunca es fácil. En sus pies, cómo no, bailarinas para Bruni y zapato negro de medio tacón de Jimmy Choo para Obama. Por suerte, la primera dama americana dejó en el hotel el collar de perlas de doble vuelta del que no se despega, pegue o no pegue con lo que lleva. Port cierto, Sarah Brown, con falda tejana y chaqueta roja, parecía ir a dar un paseo en vez de acudir al aniversario de la OTAN.

Esa misma noche, para acudir a la opera, tanto el matrimonio Sarkozy como el Obama y el Merkel –el primer caballero alemán se incorporó a la agenda política de su esposa en Estrasburgo- optaron por  un rotundo negro. Un color seguro aunque no por ello, según el modelo y el tejido, acertado. Ni ellos, ni ellas, convencieron.

Intercambio de calzado
Ya el sábado, para un recorrido turístico por la ciudad, Bruni y Obama optaron por la comodidad del pantalón. Michelle con traje pantalón negro y camiseta blanca y Carla con pantalón y camiseta negra con abrigo y bolso (Chanel) en malva –negro, gris y malvas son los colores que más utiliza. Aunque esta última le daba el toque parisino a su estilismo al anudar un pañuelo Hermès en su cintura. La anécdota estílistica la protagonizaron sus respectivos calzados. Bruni, sin la presencia de su marido, pudo calzarse un tacón medio en sus zapatos dejando sus bailarinas en casa. Por su parte, Michelle, abandonó los Jimmy Choo, y optó por las bailarinas.

P.D. En serio, el mayor problema de Michelle Obama es la gesticulación. No para de hacer raras poses con la boca y la mandíbula. Que se lo controlen, por Dios.

150 150 Patrycia Centeno