Una falda blanca plisada, un suéter gris de algodón de cuello redondo, la melena recogida en una coleta y apenas maquillaje. Angelina Jolie acudió sencilla (elegante) y acertada (respetuosa) a un cordial encuentro con el arzobispo de Canterbury. Sin embargo, el atavío de la actriz acabó generando un gran revuelo mediático… ¿El motivo? Los pezones de Jolie. SEGUIR LEYENDO