The Guardian ha tenido acceso a una serie de mails enviados, con casi total seguridad, por el presidente sirio y su esposa. En ellos, se comprueba la frialdad que demuestran ante las atrocidades que están cometiendo desde hace ya un año en su país. Mientras Al Assad le escribe estrofas de canciones a su mujer, Asma está obsesionada por conseguir los DVD de Harry Potter para sus hijos y en asegurar que sus joyas estén listas para agosto.
