Joan Laporta se ríe de la crisis. Después de conseguir un asiento en el Parlament catalán de la mano de ERC, el expresidente del FC Barcelona disfruta de unas vacaciones en Formentera con puros, Moët Chandon y mujeres. Su ridículo bañador blanco de Calvin Klein evidencia su curva de la felicidad y su falta de austeridad.