La presidenta argentina ya está en la Casa Rosada. Tras ser sometida a una operación en la que se le extirpó la tiroides, la primera decisión de Cristina Kirchner ha sido mostrar al mundo su nueva cicatriz. «Pensé que si me ponía un pañuelo, el diario Clarín publicaría que no hubo cirugía y que todo fue un invento para escabullirme de mis obligaciones. Ustedes saben que la estética me puede, pero resolví salir al paso de esos infundios», ha reconocido la apodada como «la reina de la cirugía» mientras apartaba los mechones de pelo que se le enredaban en el cuello e impedían que se tomara bien la fotografía. Además, dejó claro que finalmente se ha descartado totalmente que padezca un cáncer «aunque algunos se decepcionaran».