La Alta Costura de la guerra

Muchas veces se tiende a pensar que el concepto de política y moda sólo se entiende en la actualidad. Pero nada más lejos de la realidad. La historia de la política y la moda nace cuando el poder se manifiesta por primera vez. Así lo demuestra el Museo del Prado con la exposición El Arte del poder en la que se estudia la armadura como estrategia de imagen.  

Los últimos ojos que vieron estos vestidos de acero fueron los de Velázquez o Rubens en el siglo XVI para pintar cualquiera de sus retratos. Ahora, y hasta el 23 de mayo, el Museo del Prado reúne por primera vez en un mismo espacio obras y modelos.

Fue Carlos V el mayor coleccionista de arneses pero fue su hijo, Felipe II, quien creó la Real Armería y pidió a sus herederos que no las vendieran a su muerte.  Carlos V supo adivinar que necesitaba una imagen de Estado y que las armas y la armadura podían ser sus mejores aliados. Así, como instrumento de propaganda política, el monarca creó la moda en toda Europa al extender el retrato de corte en armadura. Pintores y armeros se convertían en los estilistas y asesores de imagen actuales al desarrollar una campaña de imagen exterior de la realeza.

Pese a que los vestidos de acero transmiten pesadez y dureza, se han hecho pruebas que demuestran que se podría bailar un rock and roll con ellas. Un casco de torneo pesa lo mismo que un casco de moto y una armadura, no supera los 20 kg. Se hacían a medida y la decoración (auténticas joyas inspiradas en la antigüedad clásica) era exclusiva, no había dos armaduras iguales. Se encargaban para acontecimientos determinados y, quizá, no se volvían a usar. Algunos trucos de las armaduras (por ejemplo, la seguridad del ristre) se suponen como la alta tecnología del siglo XVI o XVII.

Visto lo visto, en el mundo ya está todo inventado. Sólo nos queda seguir desarrollándolo.  

El arte del poder

Retrato ecuestre de Carlos V por Tiziano

150 150 Patrycia Centeno