El vestir, la nueva guerra entre oriente y occidente

Una veintena de personas fueron detenidas en la capital de Sudán el pasado jueves mientras participaban en el primer desfile de moda mixto organizado en el país. Y es que, según las autoridades, la ley musulmana prohíbe comportamientos y vestimentas considerados «indecentes» (entiéndase, todo lo que huela a occidental). Burka por burka y el mundo acabará ciego.

El primer desfile de moda hombre-mujer en Jartum acabó el pasado jueves con el arresto de unas veinte personas, entre ellas, los modelos que presentaban las colecciones occidentales. Con camisas abiertas y miradas faraónicas, los modelos masculinos y las chicas, vestidas con trajes de gala clásicos, seguían el ritmo de éxitos de los 80 y música popular local. A las afueras, la policía esperaba a los participantes para detenerlos.

Este desfile era la oportunidad para un diseñador sudanés de presentar trajes de boda así como su versión personal del “tob”, el vestido tradicional que llevan las mujeres del norte del país, una especie de gran tejido de colores que se enrolla al cuerpo, de la cabeza a los pies. Además, por la pasarela también paseó un joven ataviado con una túnica blanca, una casulla marrón y la cabeza tocada con una ”taqiya” (el sombrero que llevan los musulmanes en Sudán) con una media luna.

En Jartum, la capital de Sudán, había habido contados desfiles, pero nunca había tenido lugar un desfile mixto (con modelos de ambos sexos). Desde que terminó la guerra civil entre el norte, mayoritariamente musulmán, y el sur, en su mayoría cristiano, la ley islámica ya no se aplica en el sur del país y en teoría no debe aplicarse a los cristianos que vivan en el norte del país, donde está Jartum.

«Nuestro caso me recuerda al de Loubna», comentaron algunos de los detenidos. La periodista y activista Loubana Ahmed al-Hussein fue arrestada en julio de 2009 en un café de la capital y condenada por llevar un pantalón considerado «indecente» por el tribunal. La joven evitó la condena de 40 latigazos que habitualmente suponen las condenas de indecencia, aunque fue encarcelada por negarse a pagar la multa. Finalmente, la Unión de Periodistas de Sudán abonó la sanción.