Conmovedor el mensaje del presidente galo en Argelia. Lástima que la corbata azul marino de seda de François Hollande no se pueda estar quieta. Tendría que analizar con más detenimiento su movimiento pero quizá es que el accesorio se alegra de ver a Trierweiler. Si mañana no se acaba el mundo, y llega Papá Noel a tiempo, por favor, un alfiler o una aguja para el lazo de este hombre.