Tras varias semanas de rumores acerca del posible fallecimiento de Fidel Castro (86 años), no es de extrañar que la que ahora escribe despertara de los efectos de la anestesia, por una pequeña intervención, con la sensación de haber compartido mi profundo sueño con el comandante cubano. Sin embargo, la fotografía hecha publica ayer demuestra que el anciano revolucionario, con un favorecedor sombrero de paja y una camisa de cuadros, no «estaba muerto, estaba de parranda».