The Economist lo describió hace un par de años como «la peor pesadilla de un asesor de imagen» y yo lo mantengo. Porque aunque el rumor es que el presidente del gobierno ha invertido 30.000 euros en hacerse un lavado de cara, yo cada vez lo veo peor. Será difícil superar una corbata tan fea. Pero con los políticos españoles, imposible poner la mano en el fuego. ¡¡¡ARGHHHHHH!!!!
Es imposible que tenga asesor de imagen!!! Y si es así que lo despidan,por favor.