Ni por su ideario, ni por su indumentaria, pasará Gordon Brown a la historia recordada por el mundo. Pese a ser el peor vestido de 2009, según la revista GQ, el primer ministro puede presumir de que su filosofía simplona, cansina y desangelada se advierte y manifiesta a simple vista.
Gordon Brown ha arrancado este año electoral coronando el ranking de los hombres peor vestidos del 2009 de la revista GQ.
Y es que según la publicación, Brown es el hombre peor vestido del mundo «por ser cualquier cosa menos un ejemplo del estilo británico». Y aunque el primer ministro no sea ni un gentleman ni un dandi, sorprende que en la misma lista se valoren muy por encima los trajes caqui de Kim Jong II.
Al menos, Brown no es único político de la lista.El tercero es su amigo Nicolas Sarkozy -del que GQ dice que «quizá debería pasar menos tiempo preocupándose por su estatura y más preocupándose por su estilo»- y el cuarto, el alcalde de Londres Boris Johnson, definido como «Charlie Chaplin con un toque de Laurel y Hardy, más Hardy que Laurel».
Pero lo más doloroso para Brown es la inclusión de su rival, el líder conservador David Cameron, en la lista de los hombres mejor vestidos de 2009. En concreto en el octavo puesto, por detrás de Tom Ford y Daniel ‘Bond’ Craig y por delante nada menos que de David Beckham.
Pero es justo saber que la versión británica de GQ nunca ha enmascarado sus simpatías conservadoras y, su director, Dylan Jones, ha publicado recientemente un libro más o menos hagiográfico en el que recoge sus conversaciones con el emergente líder conservador.