Montilla y Hereu se abrazan
Esta semana he contado con buenos cómplices que me han concedido pistas para descifrar los secretos de estilo que los políticos catalanes se toman para intentar perfeccionar su look ante las próximas elecciones.
“Que sí, que no, que sí…” Jordi Hereu ha deshojado la margarita y parece ser que finalmente, pese a lo anunciado inicialmente, se presentará como candidato a la alcaldía de Barcelona con el PSC. Ante tal acontecimiento, se ha decantado por darle un soplo de aire fresco a su armario y le ha permitido el acceso al ayudante de un diseñador catalán, J.A. “Éste se ve que le ha tirado toda la ropa a la basura. No tenía ni una mísera camisa de algodón”, me aseguran mis fuentes. “¿Y del pelo, del pelo no le han dicho nada?”, pregunto intrigada. Y es que el cabello sudoroso de Hereu es lo que más repele del alcalde de la capital catalana. “Del pelo no me han dicho nada.” Mala suerte.
El ayudante del diseñador se ve que está muy estresado con los encargos de los socialistas. Y es que fue aterrizar Jaume Callboni, responsable de campaña del PSC, y José Montilla acudir al sastre. De momento, no observo diferenciad en su look pero habrá que esperar. Aunque, ya adelanto, que no creo que la paleta de colores utilizada por este diseñador sea la más beneficiosa para el insulso presidente de la Generalitat. De todos modos, el problema, en este caso, no lo tendrá tanto la pieza como la percha.
Nuevas tendencias
“Estoy en acto PP. Por favor, habla del estilo de Alicia (Sánchez Camacho, PPC), la mujer cuarentona que busca sus segunda juventud y se viste como una petarda para ver si pilla algo”, decía el SMS que he recibido de una periodista este mismo mediodía. Ante tal declaración, he llamado a la autora para conocer su indignación de primera mano. “Unos tejanos blancos elásticos súper ajustados, con una americana del mismo tejido de solapas enormes y unas sandalias de plataforma… Es que en libro ha escrito que busca novio.” Yo la verdad es que en las imágenes no la veo tan mal, si le quitamos el top azul turquesa (un tostado hubiera quedado mucho mejor) y los extremadamente desproporcionados de la chaqueta (parecida a las que se abandonan en una esquina de Zara en rebajas). Eso sí, la media melena le sentaría muchísimo mejor y le agilizaría el estilismo.
Por último, la princesa Letizia quizá nos de alguna sorpresa pronto a través de su indumentaria. Tras bajarse de las vertiginosas plataformas y apostar por el medio tacón o la bailarina, Letizia está interesada en vestir de una de las diseñadoras más importantes de este país en lo que a moda independiente se refiere. Hojeando una revista se encaprichó de algunos de los modelos de la creadora, y su estilista -tengo que averiguar más sobre cómo funciona el asesoramiento de imagen a la princesa de Asturias- se puso en contacto con el taller de moda.
Y hasta aquí mis chismorreos. Sólo rumores aunque, “cuando el agua suena, agua lleva.”